Ayer, una nueva caída global de AWS dejó fuera de servicio a miles de organizaciones en todo el mundo. Plataformas de venta, bancos, servicios públicos y aplicaciones críticas quedaron inaccesibles durante horas. Fue un recordatorio brutal: incluso los gigantes tecnológicos pueden caer. Y cuando lo hacen, los efectos se sienten en todos los niveles.
El problema no está en la nube, sino en cómo la entendemos. Durante años, se nos hizo creer que “la nube” era algo etéreo, intangible, casi mágico. Pero la realidad es otra: la nube vive en servidores físicos, ubicados en data centers reales, en alguna parte del planeta. Si esos equipos fallan, si se interrumpe la energía o la conexión, la nube se cae con ellos. Y cuando toda la operación de una empresa depende de ese único punto, el riesgo es total.
En un entorno donde cada proceso depende de la conectividad, una falla puede paralizarlo todo. Da lo mismo el tamaño de la organización: la continuidad operacional no distingue entre grandes corporaciones, pymes o instituciones públicas.
Lo que sí marca la diferencia es quién tiene un plan B
Tener un plan de continuidad no es una formalidad técnica ni un lujo corporativo; es una decisión estratégica. Significa asumir que la nube no reemplaza la infraestructura, sino que la complementa. Que los respaldos físicos, la redundancia local y la infraestructura híbrida son lo que realmente permiten seguir operando cuando el proveedor global falla. Significa entender que los incidentes son inevitables, pero el colapso no tiene por qué serlo.
En Netgroup Chile llevamos más de dos décadas ayudando a empresas e instituciones a mantener su operación activa, incluso frente a interrupciones globales. Nuestro data center boutique, junto con servicios de respaldo, monitoreo y soporte TI especializado, permite que muchas organizaciones sigan en línea cuando otros quedan fuera. Esa es la diferencia entre confiar en la nube… y construir resiliencia sobre ella.
Si tu empresa, equipo o institución no podría seguir funcionando durante una caída global, es momento de revisar tu estrategia. Conversemos sobre cómo diseñar un plan B que garantice tu continuidad operacional, sin importar lo que pase afuera.
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